@EEZAMBRANO
La
guerra tiene unas cosas que desde la lógica no se entienden muy bien pero que
para los combatientes son pan de cada día. Me refiero a la forma como en la
guerra se forman las alianzas más raras entre antiguos enemigos y a su vez, los
aliados después se vuelven los más radicales enemigos.
En
Colombia abundan ejemplo de ello, por ejemplo, el Estado combatió a los
carteles de Cali y Medellín pero no dudó
en establecer una “alianza” oculta con el Cartel de Cali para acabar con Pablo
Escobar cuando éste acudió a los carros bombas y al terrorismo.
A
su vez, los amigos de Escobar, después fueron sus enemigos mortales y
conformaron los “Perseguidos Por Pablo Escobar” o más conocidos como “PEPES”.
El Estado a su vez se alió con los “PEPES” y como se supo recientemente, estos
fueron determinantes para encontrar y matar a Escobar. Después el Estado
persiguió a esos aliados cuando hicieron tránsito a paramilitares y ahora están
extraditados. Otro ejemplo es el de Carlos Castaño que fue muy cercano al
Estado, después fue declarado enemigo y cuando éste quiso acercarse a los
Estados Unidos a negociar una entrega, su propio hermano y amigos lo
asesinaron.
También
en el mundo encontramos ejemplos notorios. Cuando los Talibanes combatían a los
rusos en Afganistán, eran recibidos como héroes por el gobierno y universidades
norteamericanas. Pero cuando expulsaron a los rusos y los Talibanes llegaron al
poder y se aliaron con Osama Bin Laden, otro antiguo amigo de los Estados Unidos,
ese país les declaró la guerra y los sacó del poder pero hoy cuando Obama le ha
declarado soterradamente la guerra a los radicales del Estado Islámico, está
nuevamente haciendo “bajo cuerda” alianza con los Talibanes.
Sadam
Hussein, es otro ejemplo, pasó de ser amigo de los Estados Unidos a enemigo
cuando le dio por afectar sus intereses del petróleo al invadir a Kuwait. Hoy
cuando los Estados Unidos está armando una coalición contra los del Estado
Islámico que andan apoderándose de pueblos y decapitando occidentales, entonces
los Talibanes, el dictador Sirio y los Kurdos ahora son “buenos amigos”.
En
Urabá está claro que sin la alianza con el Estado los paramilitares no hubieran
tenido el poder que alcanzaron porque en últimas para los hombres de guerra lo
importante es ganarla y si para hacerlo hay que aliarse con cualquiera pues lo
hacen. Mucha gente en Urabá frente a los desmanes de la guerrilla y por el
desespero vieron con buenos ojos la llegada de los paramilitares otros lo
vieron como una oportunidad de negocio historia que está por contarse apenas.
Lo
que se persigue en la guerra es ganarla y en ello siempre se hacen alianzas
pero que bueno que la guerra se pueda acabar negociando. En el futuro próximo
el Estado va a tener que sentarse a negociar con las llamadas Bandas Criminales
que según la Corte Constitucional y documentos de la Cruz Roja son parte del
conflicto y por tanto actores del mismo. Así esto le de roncha a más de uno,
pero o nos sentamos a acabar de verdad esta guerra o seguimos de amigos a
enemigos y al final poniendo cada día más sangre y muerte.
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